Centro Interdisciplinario de Respuesta al Cambio y Variabilidad Climática 

El centro se formó en respuesta a la creciente demanda de investigación en temas relativos al cambio y variabilidad climática y a la vulnerabilidad frente a sus fenómenos. Surgió como inquietud científica, motivada también por convicciones sociales y políticas, e intentó generar insumos que aportaran a la discusión científica, asimismo contribuyendo desde la academia a la construcción de políticas públicas integradas de respuesta al problema del cambio y variabilidad climática.

El cambio climático es tal vez el mayor problema ambiental que enfrentó la humanidad en ese entonces. La vulnerabilidad como país a este problema fue documentada en previas instancias (Bidegain, et al 2005). Los efectos de la variabilidad climática fueron evidentes para la sociedad en los últimos eventos de sequías y tormentas. Los efectos directos e indirectos del cambio y variabilidad climática se manifestaron en sistemas clave para el Uruguay como los sistemas productivos agropecuarios, la salud humana, y otros. Varios informes llamaron la atención sobre la necesidad de avanzar en una estrategia país para responder a estos problemas.

Los sistemas de producción agropecuarios de Uruguay se ubicaron en una de las regiones más importantes de producción de alimentos del mundo, por lo que resultó necesario cuantificar el efecto de la variabilidad del clima sobre dichos sistemas y considerar escenarios posibles de cambio climático. Al mismo tiempo, la respuesta de la comunidad internacional (científica, sociedad civil, gobiernos) se evidenció en acuerdos internacionales (Ej. Protocolo de Kyoto) y crecientemente en regulaciones no arancelarias (Ej. Nuevos requisitos de la Unión Europea). Estas medidas, originadas en la preocupación ante el cambio climático, también afectaron a los sistemas agropecuarios y agroindustriales del Uruguay.

Pensar en una estrategia país que respondiera a esto requirió equipos de investigación científica interdisciplinarios, que identificaran los impactos y diseñaran sistemas que pudieran adaptarse a los escenarios futuros, no solo climáticos, sino también energéticos, comerciales, legales, etc. Todas las disciplinas agronómicas fueron clave para rediseñar sistemas mejor adaptados al cambio climático, pero también fue necesario el aporte de ciencias básicas e ingenierías y de las ciencias humanas. El espacio interdisciplinario permitió y potenció la inclusión de otras disciplinas, servicios, institutos, que no se visualizaron directamente al inicio.